jueves, 6 de agosto de 2015

UNA IMAGEN: Nuestra Señora de los Dolores de Villar de Cañas (Cuenca).



En una capilla lateral de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Villar de Cañas (Cuenca), se venera la imagen de la Santísima Virgen de los Dolores.

Es costumbre que durante las procesiones de Semana Santa vaya acompañada por el canto de esta tradicional Salve:

¡Salve, Virgen pura,
dolorosa Madre,
Salve Virgen bella
Madre, Virgen, Salve!

Salve, compasiva
Virgen admirable,
mar de amargas penas
y dulces piedades.

Un nuevo martirio,
mis culpas añaden
a Ti, dolorosa
alma inconsolable.

Mis yerros hirieron
Tu corazón grande,
que infunde en los nuestros
alientos vitales.

En fuerza de amores,
mi pecho anhelante,
de tu triste pena
quisiera aliviarte.

Flores de alabanza
nuestro afecto amante
mezcla con tus penas
promesas leales.

Sean tus martirios
dolorosa Madre,
vida con que mueran
las culpas mortales.

Y las malas almas
tus dolores hallen
y, en cambio, las buenas
Tu consuelo alcancen.

Y, pues, tus angustias,
tanto ante Dios valen,
por ellas pedimos
la Gloria anhelantes.

¡Oh, mar de amarguras,
Santa, Reina y Madre!
amparad las almas
que esta Salve os hacen.

¡Oh clemente, Oh pía,
Oh, cándida ave,
Oh, triste María,
Salve; Salve; Salve.





















Fotos y texto: Manuel Jesús López. 
(gade251@hotmail.com)  

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